Sí, es que el castellanoparlante está obsesionado con destruir cualquier lengua que no sea la suya.
¡Venga, por amor de Dios!
Y en Barcelona tú si no hablas catalán estás perdido. ¿Una multa de tráfico? Pídela en castellano: por su soberbia jamás recibirás la notificación.
¿Un restaurante de esos guarros que hay en Las Ramblas? Pide la "carta": te dan una cosa plastificada, plegada, que desdoblada resulta que es 9 veces más grande que su tamaño original: la carta la podrás leer entonces en catalán, en inglés, alemán, francés, italiano, húngaro, sueco, finés… pero ¿en castellano? No.
Cierto es que el catalán no es difícil de comprender para alguien que lo desconozca y use castellano; tampoco el castellano es difícil de comprender para un catalán. Con la diferencia, nos guste o no, de que el castellano, por el art. 3.1 CE, “es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla”.
Por otro lado, las lenguas cooficiales, junto al castellano, en aquellas comunidades que lo son, es en virtud de un simple Estatuto de Autonomía.
Es decir: el gallego es cooficial en la Comunidad Autónoma de Galicia porque así lo dice su Estatuto. El vasco en la Comunidad Autónoma Vasca porque así lo dice su Estatuto. Sin embargo el bable no lo es en Asturias porque no está contemplado en su Estatuto de Autonomía.
Y así lo dice el art. 3.2 CE: “Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos”.
Bien, ahora si quieres hablamos de quiénes deciden esos Estatutos, pero te lo diré yo; básicamente una pandilla de fanáticos a los que educadamente llamamos “nacionalistas”.
De tal forma que, por ejemplo, en Cataluña, el aranés no goza de la cooficialidad con el castellano de la que goza el catalán. Ello es así porque esos que llamé “fanáticos” nazis, que educadamente los demás denominamos “nacionalistas”, no quieren el castellano por considerarlo una lengua extranjera. Usan entonces el argumento que usas tú: que todos debieran poder usar las dos, que si tal, que si cual.
El caso es que en el Parlament de Cataluña no verás un absurdo como se hace en el Senado de España: no verás traductores castellano-catalán-aranés.
Ni verás que se use el aranés oficialmente. Ello es así porque, en el papel ese que se llama Estatuto de Autonomía, no está considerada una lengua oficial de Cataluña.
Todo eso mientras no haya un partido con representación que sea más nacionalista que los propios nacionalistas que hay ahora, y entonces sí: el aranés sería cooficial, modificando el Estatuto de Autonomía. Ya ves cómo una lengua puede ser cooficial: ni años ni leches. Apoyo nacionalista y punto. Es lo único que se necesita. Y cuanto más radicales, más oficial y menos cooficial: es decir, se anula a la oficial del Estado porque así lo deciden unos nacionalistas, fanáticos radicales, como dije.
¡A otro con esas historias, que todos sabemos el doble juego que se traen algunos con lo de los idiomas!
Un saludo.