Me pregunto qué dirían ante esta misma violación de la ley si no les gustase el fin. Para los rojos, el fin siempre ha justificado los medios. Esta es la coherencia moral y racional. Que le pregunten a Pablo Iglesias, si no.
Luego viene aquí alguien denunciando la trampa a la ley y le borran post.
La cosa es que van por mal camino: he utilizado la palabra “garzonear”, porque más preocupante que Garzón, que a fin de cuentas está eliminado, es el garzonismo sociológico que abunda tanto entre los juristas. Y siento decirlo, pero son gente que va por mal camino: tú ahora los ves allí y parecen como poca cosa, como inofensivos, pero este tipo de gente, cuando toca algo de poder, se convierten en, o más bien se revelan como auténticos monstruos.
Saben que el debate no es estético, no es un capricho que se me haya antojado, porque me pueda resultar feo o bonito. Es un debate de fondo: de modelo político-jurídico, no basado en etiquetas. Es un debate sobre si la ley debe ser una soberana omnipotente y los tribunales, independientes, o si por el contrario debe ser una súbdita sin fuerza, y si los tribunales deben ser independientes, si deben aplicar la ley o amoldarla a la conveniencia ideológica del poder político y sus altavoces mediáticos. Y parece que defienden lo segundo. Así que van por muy mal camino. Quieren hacer de la capa de la ley, un sayo y a ese tipo de juristas, no los queremos y son lo que menos necesita España. Y no sólo España, sino cualquier sociedad que se precie de ser civilizada. Y no me preocupan las consecuencias que esa actitud pueda tener para esa gente, que no cree en nada más que en su propia conveniencia. No me preocupa, aunque como digo, no deseo mal a nadie. Lo que me preocupa son las consecuencias que puedan tener para la nación, para la justicia, para la gente honrada. Lo que me preocupa, a fin de cuentas, es que podamos pagar justos por pecadores.