Ayer colgué en el hilo ´Reclamaciones FyT. Vamos a organizarnos´lo que reproduzco a continuación. Desgraciadamente, se ha cumplido al pie de la letra. Es lo que sucede cuando se mira para otro lado. En el segundo parcial nos esperan personas y situaciones justas, si nosotros actuamos.
´Nury dice que un compañero se desesperó porque recurrió y recurrió; y perdió y perdió. Creo que eligió el camino correcto, con la mentalidad equivocada.
El Derecho nos ha enseñado muchas cosas. Cuando estudiamos Administrativo, cuántas veces pensamos ´ostras, si hubiese sabido esto cuando fui a aquella ventanilla no me hubiese pasado lo que me pasó´ El Derecho nos enseña a conocer de primera mano cuáles son, precisamente, nuestros derechos; nos enseña a defenderlos; nos enseña cómo defenderlos; nos enseña los caminos que hay que seguir para defenderlos; nos señala así el camino del éxito. Un privilegio al alcance de todos.
El Derecho Administrativo nos enseña que siempre hay otro recurso, que siempre hay otra instancia; ese mismo Derecho nos enseña que agotados los recursos empleados para hacer valer nuestros intereses, podemos obrar el prodigio de recuperar lo que habíamos perdido, abriendo una nueva vía, iniciando otro camino, ´provocando´un procedimiento nuevo.
Esos alumnos que renuncian a reclamar su derecho a obtener el 9, el 8, el 7 o el cinco que les corresponde, creen obrar con prudencia, pero corren un grave peligro, que inconscientemente desconocen; comienzan a renunciar antes de ejercer, comienzan a recular antes incluso de iniciar el camino. Comienzan a pervertir el sentido del Derecho mismo.
Si renuncian a sus propios derechos, ¿en qué manos quedarán las personas a quienes representen?; si no defienden sus propios intereses, ¿cómo defenderán los de los demás? E iré más allá: si no han tenido el coraje de defender su propia finca, su propia dignidad ¿quién podrá fiarse de ellos?
Se me podrá decir: ese bonito discurso sólo son palabras, ilusiones, quimeras, ideas peligrosas que sólo conducen al fracaso. Yo lo único que sé, es que en este momento, no creo que haya una sola persona a quien le hayan corregido tan arbitrariamente que esté satisfecha. Ni una. Podrá resignarse. Podrá cabrearse. Podrá pasar del tema. Podrá pensar que mejor evitar males mayores. Pero a nadie le hace muy feliz que se descojonen de su trabajo, sea un pusilánime o Atila redivivo.
También muchos afirman que su objetivo no es ejercer: es más, la mayoría van a seguir otros derroteros ¿Y qué más da? ¿Es que sustancialmente no significa lo mismo? ¿ Es que se puede ir por la vida renunciando a lo que a uno le corresponde? ¿ No está todo el mundo a todas horas quejándose de todo? Entonces, cuándo tiene que tomar partido, cuando tiene que defender lo suyo, ¿por qué no pelea, por qué no se divierte, por qué no experimenta el placer de la dignidad?
Esos alumnos que renuncian a la nota que merecen, tienen que afrontar un segundo parcial; entonces, estarán otra vez a merced de los francotiradores. Entonces, habrán dejado al azar su destino. Se autoconvencerán de no renunciar a su dignidad: ´yo lo que tengo que hacer es estudiar más´´si me preparo para un diez obtendré un cinco´bueno, en el peor de los casos, me queda esta para septiembre, y ya casi acabo, no me tengo que preocupar´´pero para qué me preocupo, si luego tengo la Compensación´ Hacen un daño considerable al colectivo, en la medida en que no se emplean contra la arbitrariedad; pero presas de sus temores, se hacen daño fundamentalmente a sí mismos. Muchas veces apelamos demagógicamente a la colectividad, cuando lo que pretendemos finalmente es velar por nuestros intereses particulares; pero aquí no es precisa esa trampa para comprobar el daño que innecesariamente nos infligimos ¿Por qué tenemos que renunciar a un diez? ¿ Y por qué tenemos que estudiar para un diez, si lo que queremos es obtener un seis? La prudencia nos aconseja que siempre llevemos una muda, para no quedarnos en pelotas, pero ¿quién sale en verano a la calle, con cuarenta grados, con un abrigo de visón? -bueno, mi abuela sí, la verdad-
¿No se puede ser práctico y, a la vez, defender la justicia? ¿No se puede ser prudente y, a la vez, intentar obtener lo que uno merece, emprendiendo el camino correcto?
Sí, claro que sí´