Pues yo no entiendo eso de que no se haga nada por ser ésta la realidad del país... La copa es ésta y es lo que es. Pitar lo que esa copa representa es quitarle validez al trofeo en sí y al torneo. Lo más sensato, y ya no como medida represiva o castigo por mostrar la propia animadversión sino como respuesta coherente, es decidir que si se pita al rey y al himno y al hacerlo se rechaza no ya al rey y al himno sino al trofeo en sí y, por consiguiente, a la propia competición, se anula la competición a la que los propios interesados han desprovisto de valor, importancia o trascendencia. Y con esta medida, nadie debería sentirse ofendido pues significaría sencillamente atender a la demanda de los seguidores de ambos equipos que manifiestan su antipatía pitando.