Venga, voy a opinar, que hay algunos compañeros a los que les hace ilusión que lo haga porque este y el de sexualidad son mis temas estrellas según ellos y de eso no salgo..pues vamos a darles gusto. Yo tampoco estoy en contra de que quien quiera pueda recibir enseñanza religiosa, y que haya colegios concertados que lo hacen es aunque para mi no deseable, respetable. El problema surge cuando por lo que se aboga es porque el estudio de la religión se haga desde los propios centros de práctica religiosa, o sea se desde las parroquias. Entonces el interés de la comunidad de amantísimos padres católicos ponen el grito en el cielo.
Unos porque no pisan una desde tiempos inmemorables, otros porque llevar al crio después de clase es un engorro, otros porque sus hijos se niegan a esa actividad "extraescolar"...en definitiva que saliéndonos de la imposición vía estudios parece que los católicos sienten pasmosa pereza por lo que para ellos debería ser motivo de alegría y gozo del saber y el practicar
Mantener la educación católica como materia evaluable y que encima forme parte de la media global de un curso para conformar un expediente académico sería tanto como proponer valorar a efectos de calificación cuánto sabe un alumno sobre el arte del tarot o sobre la genealogía de los xmen.
La religión dentro del mundo de la educación sólo debería formar parte a nivel histórico artístico o filosófico, esto es, incluyendo en su estudio los efectos que puede o haya podido tener en diferentes campos del pensamiento, del arte o de los acontecimientos históricos.
Todo lo demás es deseable e incluso más efectivo que se imparta desde los mismos lugares donde esos temas se ponen en práctica. ¿Qué mejor sitio para entender la física que en el laboratorio del colegio , experimentando la energía cinética en múltiples aparatos o descubriendo las reacciones de diferentes compuestos químicos asociados?. De la misma manera qué mejor sitio para entender aspectos religiosos dogmáticos que ante un profesional de la teología como es un sacerdote y en un entorno clerical con sus propios aparatos, cáliz, ostias consagradas y sin consagrar (de las otras también pero es opcional...)
Otro apunte más, sería deseable que quienes fervorosamente defienden la inclusión de la enseñanza católica en la escuela, incluso en la pública, procuraran garantizar a los aprendices de toda clase de historias fantásticas un entorno lo más parecido a lo que se les inculca debe ser una familia católica, porque de normal la toma de "muestras de campo " por estos estudiantes acaba siendo complicada y no poder comprobar en la práctica de sus entornos más próximos la realidad de lo que estudian como valores morales puede llegar a confundirles y provocar un poco aprovechamiento de lo aprendido.
