En general estoy bastante de acuerdo con lo que dice Drop.
Lo que yo quería decir es que el problema en las escuelas al igual que ocurre con otras agresiones como la de los sanitarios o de la violencia de genero, es un problema de pensamiento.
A mi me parece bien la ley , pero o cambiamos la forma de ver las cosas o la ley servirá para muy poco.
Los primeros que tienen que tener las cosas claras son los agredidos, "yo soy tu maestro, el que te eneseña lo que está bien y lo que está mal,independientemente de que también te enseñe matemáticas porque a la escuela no sólo vienes a aprender matemáticas sino a educarte ".
En casa cada padre puede educar a sus hijos como les venga en gana, pero deben tener claro que en el colegio manda el maestro y es el maestro el que dice lo que se puede y no se puede hacer, para eso es preciso que el director o JEFE DE ESTUDIOS también lo tenga claro, de lo contrario igual te da una ley que una ley y media.
En resumen,menos democracia en las escuelas, más autoridad, menos cuento con que los niños se estresan, hablar con los padres todo lo que haga falta y más pero no para imponer el criterio del padre sino el del maestro...que mientras no se demuestre lo contrario en cuestiones de enseñanaza es el que más sabe.
Así la ley podría incluso no aplicarse o servir para algo, pero los maestros tienen que cambiar el chip de que "todos somos iguales", pensamiento que ha abundado en estos últimos años.
Sobre lo que dices sobre inmigración, colegios concertados y demás estoy de acuerdo, pero lo primero una reeducación del maestro, delimitar las areas de los padres, que se han metido en las escuelas, con la idea democrática, más de lo que les pertenece, y los directivos apoyar más a su personal y los niños que se estresen un poquito para que empiecen a saber que en la vida no siempre se puede hacer lo que se quiere.
Y para ello no hace falta dar ningun capón,pero a veces se tiene que poner uno en su sitio.Los jovenes maestros, alumnos antes a los que no se podía estresar, confunden "autoridad con autoritarismo".
Si hay una profesión a la que tengo verdadera devoción es a la de maestro por muchísimas razones entre otras porque yo tuve mucha suerte con mis maestros, siendo una alumna difícil.