Aquí hay una cosa muy clara: el Supremo tiró de su diccionario de jurisprudencia, buscó prevaricación en la p y encontró ahí condenas de jueces infinitamente más decentes que Garzón. De jueces infinitamente más independientes y menos politizados. Y la misma doctrina que aplicó a esos jueces, le aplica ahora a Garzón. La doctrina Garzón, es (con muchos más garantismos y con mucha mayor generosidad) la doctrina Liaño y la doctrina Calamita.
Un juez va a la P, encuentra la Sentencia de Liaño (que provocó Garzón con sus acusaciones), encuentra la de Calamita... ¡Y qué menos que condenar a Garzón! Las sentencias que literalmente TUMBAN a Garzón son las mismas que los detractores de la condena, aplaudían cuando se produjeron. (Liaño y Calamita). ¿Por qué ese doble rasero?
Antes de aquellas sentencias, probar la prevaricación era algo heroico: si no encontrabas maletines, no es que no se condenara, es que ni siquiera se juzgaba, a pesar de las rarezas de las resoluciones, de la ilegalidad patente de tales resoluciones y de que siendo jueces tenían que conocer la ilegalidad de tal resolución.
Esta sentencia introduce un importante factor de estabilidad, pues todo juez que adopte resoluciones extrañas, irracionales y chocantes, en principio, será condenado salvo que pruebe que en ese caso, la resolución aparentemente chocante, estaba justificada. Y no hace falta móviles especialmente odioso, es como el que mata sin motivo de celos, dinero u otros motivos usuales. Ahora todo se reduce a que es injusto y que siendo juez, lo sabe. Que es lo que dice el Código Penal. La jurisprudencia antigua exigía requisitos para condenar por prevaricación, que no estaban en el Código Penal. Ahora la jurisprudencia se atiene exclusivamente a lo que dice el Código Penal, como debe ser. Dándose esos requisitos, la explicación del porqué lo comete viene dada por la menos mala de las posibles hipótesis: afanes justicieros supralegales. Aplicar el entendimiento romántico de lo que es la Justicia, más allá de la ley. ¡PERFECTO! A mí lo que me parece mejor de esta sentencia, es ese elemento de ESTABILIDAD que introduce, sin el cual la seguridad jurídica se vuelve algo ilusorio, utópico.