La capacidad y la metodología de estudio de las personas no es la misma, ni la motivación, ni, por supuesto, el tiempo que cada uno pueda dedicarle y como lo aproveche. Tampoco es lo mismo el provecho que se le puede sacar a una asignatura a la que se le ha dedicado abundante tiempo y en la que se tendrá una amplia base de conocimientos para el futuro, que la asignatura que se ha sacado en una semana de estudio por los resumenes que han elaborado otras personas.
En mi opinión y experiencia no es lo mismo concretar el material de estudio que tener 10 tochos de 10 asignaturas que deber leer, estudiar, abreviar, esquematizar. Si se quiere aprender y tener un conocimiento extenso sobre la materia está muy bien leerse los libros de la cátedra, aunque muchas veces, en mi opinión, se extienden en razonamientos y cuestiones teóricas que no tienen ni chicha ni limoná en el mundo jurídico, y eso cuando no están pésimamente redactados o confusos, pero si se quiere aprobar o sacar nota la metodología de trabajo debe ser distinta. Trabajar sobre los examenes de otros años, para hacerse una idea del nivel y los conocimientos exigibles y más valorados, apoyarse en resumenes y esquemas para el estudio, y concretar en el estudio del articulado de las leyes, más que en los libros de la cátedra, que tienen, en mi opinión, muchísima paja y que en muchas ocasiones no van al fondo del asunto. Estudiar por las leyes puede ser tedioso, e incluso odioso, pero la literalidad ayuda a la interpretación, y ahorra mucho trabajo, sobre todo con un manual al lado o un código comentado para aclarar conceptos oscuros, o mucho mejor con una base de datos normativa con referencias jurisprudenciales sobre cada artículo (de pago: aranzadi-westlaw, tirant lo blanch, la ley...).
Un saludo.