Hanneke:
Casi todo lo que escribes es muy interesante, y este mensaje no entra dentro del casi.
Pero bromas aparte, debo decir que no estoy de acuerdo con algunas cosas. Contestaré párrafo por párrafo, en riguroso orden.
1. Cierto, pero no canalizan el voto. Desde luego, la información de partidos políticamente incorrectos está a disposición del gran público. Y lo mismo puede decirse de la información sobre los políticamente correctos. Ahí están todas las leyes bananeras del PSOE y del PP, que pueden consultarse por Internet. Se sabe qué partidos han votado esas leyes, se saber lo de Feijóo en Galicia, se sabe a ciencia cierta que estos partidos no harán nada para parar el Islam, etc. Bueno: se sabe o se puede saber. En Holanda ahí está Wilders y en España hay muchas opciones que no han sido probadas y de la cual puede emerger un Wilders. En cuanto a la propaganda, produce errores de concepto que pueden ser perfectamente corregidos, mediante la información. El asunto es que no me importa cómo se sientan, pero sí que, al menos, (en el caso de compartir mis objetivos) con su no-canalización de sus anhelos, nos hunden en la miseria en todos los sentidos.
2. Inexacto: cada vez es más difícil, porque la antiespaña coloca a sus comisarios políticos y a sus gamberros en todas partes del territorio nacional. Y la bandera española es cada vez más controvertida en toda España: ya sabes el nuevo lema de Mariano: sólo fútbol.
3. Ver punto uno: esos no canalizan, esos les sabotean por lo de la bandera y siguen votando PPSOE. Y otra cosa importante: conocen el peligro de levantar la bandera, pero ese peligro podrían sortearlo perfectamente, si fueran armados y organizaran patrullas antibandalismo, no caminaran nunca solos, etc. Si votan PPSOE, si no se defienden del peligro, es obvio que nos hunden en la miseria, pues de su errónea estrategia y de su mala canalización de sus proyectos, le saca un gran partido la antiespaña. (PPSOE incluido). O como dice castizamente Leguina: si te aflojas, te afligen y si te afliges, te aflojan.
4. Con esto estoy más de acuerdo: pero más bien diría que los que están en posición de fuerza no somos los que nos sentimos españoles. Hay una separación de hecho, a escondidas por la puerta trasera, con todas las ventajas de la secesión y ninguno de los inconvenientes, aunque eso sí, con un barniz de unidad. Un barniz de unidad, que sólo los paletos pueden interpretar como UNIDAD, así con mayúsculas. Pero: la información está disponible y con esa información, hay muchas posibilidades de organizarse, pues… ¿para qué otra cosa sirve la información?
En los últimos años, escritores, periodistas, cineastas, músicos… han abandonado Cataluña hartos del totalitarismo nacionalista de sus políticos. Hasta Loquillo abandonó Barcelona hace unos años cansado de vivir amenazado por cantar en español y escribir en español.
A escritores como Juan Marsé, Eduardo Mendoza, Enrique Vila-Matas, Javier Cercas y Carlos Ruiz-Zafón se les arrincona y se les veta por escribir en español. La Generalidad sólo apoya y promociona “la cultura catalana” entendida como “la cultura en catalán”, como si en español no fuera también catalana. Declararse “anticatalán” es declararse contrario a toda esta gente que ha sufrido en su propia tierra la exclusión y la imposición. Ser anticatalán es ser por ejemplo anti Pau Gasol, catalán y español a quien ponen a diario a caer de un burro en su propia tierra por sentirse español y lucir con orgullo la bandera española. Declararse anticatalán es despreciar también a los miles de catalanes que salieron eufóricos a las calles a celebrar la victoria de la Selección española de fútbol, y a los miles que vieron el partido de la final en una pantalla minúscula y con una organización penosa (y eso que el Ayuntamiento de Barcelona se negó desde el principio a colocar pantalla alguna en Barcelona, pero en la final no tuvieron más remedio que ceder ante la presión ciudadana). Ser anticatalán es ser contrario también a Arantxa Sánchez Vicario, española hasta el tuétano, que tantas satisfacciones ha regalado a los españoles y que nunca cedió a las presiones nacionalistas.
La lista de españoles catalanes, la mayoría anónimos, es mucho más abultada de lo que parece, y todos ellos merecen nuestra admiración y nuestro respeto.
Y vuelvo a insistir, declaraciones del tipo “soy anticatalán”, llamadas al boicot de los productos catalanes o ataques indiscriminados a Cataluña por parte del resto de España, lo único que consiguen es engordar a los separatistas catalanes. Ellos viven de eso, de hacerse las víctimas, de convencer a su electorado de que España los odia, los ningunea y los expolia. Cuanto menos apoyemos a los catalanes que siguen queriendo pertenecer a España, más votos cosechan los nacionalistas separatistas, es automático. Me parece un error declararse anticatalán si en realidad no se es anticatalán, sino antiseparatistas catalanes.
Y en fin simple22, es cierto que en Cataluña los antiespañoles consiguen movilizar a su electorado mucho más que los españolistas, pero sigo pensando que no hay una opción clara. Los españoles, en Cataluña y fuera de ella, somos demasiado comodones y conformistas. Con tener cubiertas las necesidades básicas y darnos un capricho de vez en cuando, tenemos bastante. Hace poco salió una encuesta donde el 72% de los españoles querían ser funcionarios y sólo un 4% empresarios, ¿así dónde pensamos llegar? A los catalanes les pasa más o menos igual, mientras no les toquen el bolsillo. Ahora con la crisis, echándole la culpa a España y a los inmigrantes, pues ahí van sacando votos, pero en general, un catalán medio a quien la política ni le va ni le viene, bastante tiene con sacar a su familia adelante. Que la mayoría no vayan de “salvapatrias” no significa que no sean y se sientan españoles.
Tampoco creo necesario explicarlo todo en un contexto bélico simple22, es un poco extremista. Si te soy sincera, a mí los catalanes me han sorprendido gratamente viendo cómo han apoyado a la Selección española de fútbol durante todo el Mundial. No me refiero sólo a las celebraciones tras la victoria, no. Es la primera vez en años que he escuchado cohetes cuando España ganaba un partido, la primera vez. Antes del Mundial sólo los escuchaba cuando España perdía. Es la primera vez que he podido ver tranquila jugar a España en un bar del puro centro de Barcelona repleto de catalanes donde TODOS estaban apoyando a España. Seguramente luego no van a votar, o votan a los nacionalistas del PSC o de CIU, pero al menos ya no se esconden para apoyar a España con naturalidad, aunque sigan pensando que PSC o CIU son la mejor opción para una Cataluña autónoma en España.

Y además de comodones, los españoles somos unos catetos pueblerinos y cuadriculados. ¿Qué pasó cuando España ganó el Mundial? Puyol y Xavi se envolvieron en la señera catalana, y fueron muy criticados por eso. Pero apenas nadie criticó que Villa se paseara con la asturiana, Pedro con la canaria y Albiol con la señera valenciana. ¿Se puede saber qué narices pintaban todas esas banderas en una celebración donde había ganado España? ¡Si es que hay que ser palurdo joé! A mí me da igual de qué pueblo sea cada uno, no pintaba nada la señera catalana, pero tampoco ninguna otra que no fuese la bandera española. Y si se critica una, se deberían criticar las demás. Como si les meten fuego a todas a ver si de una vez aprendemos a apreciar todo lo que nos une que es infinitamente mucho más de lo que nos separa y nos olvidamos de hacer distinciones absurdas, que parecemos idiotas. ¿Esto en qué país del mundo pasa? Joroba que cualquier país que gane algo saca su bandera nacional no la de su equipo de petanca, la de su colegio, la de su hermandad o la del patrón de su barrio. Que visto desde fuera sería un milagro que cualquier extranjero que viese la final supiese qué bandera de todas era la de España. Que somos unos paletos de la leche.
Lo que sí espero simple22, de verdad lo espero, es que como opción “políticamente incorrecta” a la que los catalanes deberían destinar su voto no te estés refiriendo a Plataforma por Cataluña. Los detesto todavía más que a los antiespañoles de ERC o ICV, que ya es detestar…