Efectivamente, el problema es que no hay un número adecuado de controladores. Y que hasta ahora sólo había un prestador de servicios de controladores.
Desde el Real Decreto Ley 1/2010 de 5 de febrero, hay un nuevo sistema de formación. Se hace a través de la empresa pública SENASA, pero también se han puesto en marcha otras iniciativas. La formación en SENASA la tienen que pagar los alumnos, si bien hay un concierto con los bancos para préstamos en condiciones muy buenas. Quizás habría que crear también un sistema estatal de becas-préstamo, reintegrables. Existen también másteres universitarios que permitirán la obtención de la licencia de controlador, y para tales másteres sí que hay becas y préstamos reintegrables.
Incluso me parecería bien que esa formación fuera luego deducible en la declaración de la renta.
Antes había oposiciones a controlador, y de superarlas el curso era un curso de formación, gratuito. Se pedía una Diplomatura, ahora basta el Bachillerato, tener un determinado nivel de inglés, y superar diversos tests y condiciones físicas y médicas.
Me da la impresión de que AENA no convocaba suficientes plazas de controlador. Los controladores tal vez nos podrían ilustrar sobre el tema, y decirnos exactamente cuántos nuevos controladores han entrado cada año desde 1999, fecha de la firma del I Convenio.
Y que este número reducido de controladores se debía a que los propios controladores no querían que hubiera muchos controladores, y ponían en práctica su deseo, porque todo lo relativo a su situación estaba en sus manos. Así hacian muchas horas extras, abonadas con un coste muy superior. Número de horas extras que superaba con creces lo establecido en el ETT.
A los problemas laborales de licencias, etc., que los controladores citan, hay que añadir que la representación sindical de los controladres ha señalado que muchos controladores actuales no pueden acreditar un nivel adecuado de inglés. El Gobierno quería que pasasen un examen de certificación de su nivel. No parece una petición excesiva la del Gobierno. Y los controladores no quieren perder su licencia por no saber el suficiente inglés.
Me da también la impresión de que si su sueldo fuera de 60 000 euros anuales, podríamos contratar a muchos controladores. De hecho, es muy probable que las cosas tiendan en ese sentido: rebajar el sueldo a un nivel razonable, incrementar el número de controladores, incrementar el número de prestadores del servicio.
¿Cómo justificar, por ejemplo, que un controlador que ejerza labores de formación tenga ese supersueldo, muy superior al de un catedrático de Universidad?
Porque ese supersueldo, si acaso, se justificaba por el estrés producido por su trabajo, y por la disponibilidad a tiempo completo que se les requiere. Cosa que no ocurre en el caso de las actividades activas de formación.
Es normal y lógico que cualquier trabajador tenga los mismos derechos que otros trabajadores (y empleados públicos). Pero también es normal y lógico que tenga los mismos deberes.