Dios y la fe personal e intransferible. La fe se puede explicar, pero no transmitir a otro porque responde sólo a la propia conciencia.
Dios y la religión, ese conjunto de doctrina que da forma a la relación, personal y colectiva, con Dios.
Dios y la Iglesia o Confesión, esa asociación de personas dotada de un cuerpo de doctrina, de unos ritos y de organización, y que, desde mi punto de vista, es un instrumento de lo primigenio que es la conciencia personal.
Naturalmente, cuando la cosa pasa a ser Organización y según el cuerpo de Doctrina de que se trate, el centro de gravedad pasa de la conciencia individual a las relaciones de poder.
Toda Organización comporta relaciones de Poder: Partidos, Sindicatos, Asociaciones de Vecinos, Confesiones religiosas, Comunidades de Vecinos...Y la mayor de todas: El Estado.
Pero para los cristianos en general y en especial para los católicos, la "salvación" es personal. No se salva la Comunidad como tal, ni su Obispo por ser obispo. Se salva cada uno individualmente. Aunque, eso sí, unos pueden ayudar a otros.
Es el precio de la Libertad. Porque la Libertad tiene precio. Tú puedes optar. Eres libre de hacer tal o cual cosa. O de no hacer. Pero tus actos tendrán consecuencias que deberás asumir. No es tanto que se castigue el pecado, sino que obtienes las consecuencias de aquello que has hecho. O no hecho. Te has castigado tú mismo. Lo que te dice el Dios de los cristianos es: así obres, así recibirás.
En realidad, la responsabilidad sobre los actos propios está presente en todos los ámbitos de la vida.
De las tres grandes religiones monoteístas "del Libro", la que tiene un cuerpo de "Mandamientos" más sencillo y más difícil de realizar, es el grupo de las Cristianas :
"Un solo mandamiento os doy : Que os améis los unos a los otros como yo os he amado".
Lo que hayan hecho los cristianos, es otra cosa. Pero su mandato es ése. Allá cada cual con su responsabilidad.
Ese "que os améis..." en cuanto al ámbito de la conciencia y la acción personal.
En cuanto a las relaciones de Poder....Aquél "Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios". Es la primera recomendación de separación entre Dios (y las religiones) y el Estado.
Por fín, tras siglos de luchas internas y externas, la Iglesia Católica, llevó este principio de separación de poderes a su aplicación práctica en la Declaración Dignitatis Humanane del Concilio vaticano II.
La religión- o la ausencia de ella o la militancia en contra- no desaparecerá porque es una manifestación de la conciencia personal. Tampoco parece que sea bueno prohibirla: Ahí tenemos la maravillosa Corea del Norte donde creo que está prohibida por ser el opio del pueblo. O Albania en la espledorosa época de Henver Hoxa...,
Quien se moleste en leerla y la compare con los Pactos Internacionales que vengo reproduciendo verá unos reflejados en otra y al revés.
A fin de cuentas : Eres libre. Que ejerzas tu libertad es cosa tuya. Y que asumas las consecuencias, también.