¿Qué diríamos de los EEUU si prácticamente al mismo tiempo ocurriera esto?: 1) El director del F.B.I. es pillado in fraganti en calzoncillos en una fiestorra con pitinglis y con coca al lado, y además se fuga cuando se descubre que se lo ha llevado crudo (la pasta, claro) y que aportó certificados de graduación falsos para acceder al cargo. 2) El mandamás de la Reserva Federal hace negocietes con acciones basándose en los conocimientos de primera mano que tiene de los movimientos de capital, debido a su cargo. 3) El Secretario del Interior (equivalente a nuestro ministro) es imputado -y años después condenado en firme- por organizar, sin conocimiento del Presidente, claro, una trama para eliminar a elementos subversivos. Para ello contrata a expolicías y mercenarios, realizando los pagos con fondos reservados y quedándose con la mordida.
¿Os figuráis los comentarios?
Pues eso mismo pasó aquí, en España, con el Director General de la Guardia Civil, el Gobernador del Banco de España y el Ministro del Interior. ¿El año? 1993.