Tampoco dice Juaniz que los guardias de asalto asesinaron al dirigente monárquico Calvo Sotelo el 14 de Julio, como respuesta al asesinato anterior del Teniente Castillo.
¿Me podrías citar entonces por qué se asesinó al Teniente Castillo, y cuál es la causa de la causa de este asesinato, y la anterior...?
No me vengas con justificaciones, los asesinatos, asesinatos son.
José del Castillo Sáenz de Tejada, hijo de Valeriano del Castillo, era un abogado de ideas liberales y su madre Cariño Sáenz de Tejada era de ascendencia aristocrática, pariente lejana de José Antonio Primo de Rivera. Estudia el bachillerato en Granada, en el mismo colegio en el que lo hizo Federico García Lorca. Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo en 1919, de la que se gradúa en 1922 como alférez.
Destinado al Grupo de Regulares Indígenas de Tetuán nº 1, toma parte en la Guerra del Rif, donde por méritos de guerra consigue el rango de teniente. En 1925 tiene lugar el desembarco de Alhucemas, que precipita el final de la guerra y Castillo es destinado a la península, al Regimiento de Infantería de Alcalá de Henares.
Tras la proclamación de la II República, Castillo entra en una fase de concienciación política, posiblemente influido por el también teniente Fernando Condés con quien había trabado gran amistad durante la guerra en Marruecos y que al final de la misma había ingresado en la Guardia Civil.
Simpatizantes declarados del socialismo, ambos sufren condenas por su actuación durante la Revolución de 1934. En concreto, Castillo, que había sido destinado al frente de una sección de morteros a la localidad asturiana de Cuatro Caminos, perteneciente al municipio de Villaviciosa, se niega a reprimir a los obreros sublevados alegando: Yo no tiro sobre el pueblo. Sometido por este acto de desobediencia a consejo de guerra, lo condenan a un año de prisión militar. Una vez concluida la condena, en noviembre de 1935, y ante el cariz de los acontecimientos políticos, toma una actitud aún más decidida en defensa de sus ideales de izquierda.
Tras el triunfo del Frente Popular en 1936, solicita su pase a la Guardia de Asalto. Su ingreso en este cuerpo se produce el 12 de marzo de dicho año, siendo destinado a la 2ª Compañía de Especialidades, con base en Madrid, en el cuartel de Pontejos, junto a la Dirección General de Seguridad.
En este tiempo se están produciendo continuos y violentos enfrentamientos entre militantes de izquierda y de derecha, especialmente falangistas y carlistas, así como una ola de atentados contra los militares pertenecientes a la Unión Militar Republicana Antifascista (UMRA) a la que Castillo se había afiliado tras salir de prisión y desde la que le fue encargada la instrucción de las milicias de las Juventudes Socialistas.
Uno de estos incidentes tiene lugar el 14 de abril, durante los actos conmemorativos del V aniversario de la República, en el que resulta muerto el alférez De los Reyes, de la Guardia Civil. Este hecho sirve de motivo para una gran manifestación, acompañada de disturbios, contra el gobierno frentepopulista por parte de las fuerzas de derecha durante el entierro celebrado dos días después. En la represión subsiguiente muere, por disparos de uno de los hombres de la sección de Castillo, Andrés Sáez de Heredia, primo del fundador de la Falange José Antonio Primo de Rivera, y resulta herido de gravedad, por disparos del propio teniente, un joven militante carlista, el estudiante José Llaguno Acha.
Castillo está a punto de ser linchado por los manifestantes y tiene que ser sacado del lugar por los agentes a su mando, que lo trasladan a la Dirección General de Seguridad, donde presta declaración y es puesto en libertad. Desde este día Castillo se ha convertido en objetivo de las milicias derechistas, las amenazas menudean y sus superiores le proponen trasladarle fuera de Madrid, cosa que él no acepta. Sufre dos intentos de asesinato fallidos y las milicias de las Juventudes Socialistas lo escoltan sin que él lo sepa.
Así las cosas, el 12 de julio, tras asistir a los toros, es advertido por una militante socialista que corren rumores de que esa noche se va a atentar contra su vida, pero Castillo, tras un paseo con su esposa, con la que se había casado el 20 de mayo, decide incorporarse a su puesto como cada día. No obstante, a las diez de la noche, cuando dobla la esquina de la calle Augusto Figueroa con Fuencarral, para encaminarse al cuartel, cuatro pistoleros de extrema derecha, carlistas pertenecientes al Tercio de requetés de Madrid, según el historiador Ian Gibson, o falangistas según otros autores como Paul Preston, le disparan sin darle tiempo a sacar su arma reglamentaria. Auxiliado por el periodista Juan de Dios Fernández Cruz, que casualmente pasaba por el lugar, es trasladado a una casa de socorro cercana donde ingresa cadáver.
El teniente Castillo, posiblemente, habría sido uno más de los militares de la UMRA asesinados y su nombre no habría entrado en la Historia de no ser por los acontecimientos que siguieron al conocimiento por sus compañeros de su muerte. Esta muerte será puesta como excusa para cometer el asesinato del jefe de la oposición, cosa que según César Vidal y otros historiadores de derechas es errónea, pues el asesinato de Calvo Sotelo se había decidido el 9 de mayo de ese mismo año según una supuesta confesión de uno de los implicados, Urbano Orat de la Torre, en una entrevista a El Imparical, siendo un publicado un estracto de ésta en El Pais el 26-9-1978, por su decisión de denunciar el papel de la masonería en el gobierno del Frente Popular. No obstante, el propio Urbano Orat de la Torre escribió dos días después a El País afirmando que “La masonería nada tuvo que ver con la muerte del político señor Calvo Sotelo.
La teoría de la conspiración afrima que estos compañeros, especialmente Fernando Condés, juran vengarse y organizan un grupo con el propósito, al parecer, de matar al líder de la CEDA José María Gil-Robles, pero al no encontrar a éste en su domicilio se encaminan al de José Calvo Sotelo, líder de Renovación Española, al que se llevan de su domicilio, burlando a sus escoltas con una orden de detención falsa, y tras dispararle dos tiros dentro del coche en el que iban, dejan su cadáver en el depósito del cementerio del Este.