Pero vuelvo a lo económico.
Cataluña creo que tiene como cinco canales de televisión pública y una deuda gigantesca.
Lejos de vender las televisiones, sigue pidiendo macrocréditos a los bancos y al resto de España.
Pues éste es un concepto con el que no puedo estar de acuerdo, lo sostenga Cataluña o Castilla La Mancha.
Repugna a la más elemental ortodoxia económica. Privatiza primero la tele, paga lo que puedas de la deuda, si con eso no tienes suficiente, suelta más lastre de sector público. Que cuanto menos sector público inútil haya, mejor es la calidad de vida de los ciudadanos. Sobre todo porque tanto sector público no tiene más sentido que quitarnos el dinero, dar un negociete a familiares sin mérito y tenernos más controlados. Con este modelo de Estado es con lo que no puedo estar de acuerdo. No es eficiente, sino gravemente perjudicial para la economía y para las libertades.
¡Pues no! Ahora resulta que Pepiño, para financiar la deuda catalana, lejos de pedirles que vendan su sector público, resulta que pretende cobrar 0,1 euros a los camioneros por cada kilómetro recorrido.
Así empezó Mahoma, asaltando caravanas, lo que pasa es que Pepiño es como un Mahoma con imperium, pero el concepto es el mismo.